Desde el punto de vista bíblico, la mente, de ninguna manera, es el cerebro. La mente es el centro del hombre de donde emana la vida.
La mayoría de las palabras que han sido traducidas a otros idiomas como "mente", "entendimiento" o "corazón" son, en realidad, una misma palabra en hebreo: "LEB".
En término tan particular coincide muy a menudo con el espíritu, muchas veces con el alma, y hasta se relaciona con algún órgano del cuerpo del hombre.
Entonces, "LEB" viene a ser el centro del ser humano que unifica el concepto de espíritu, alma y cuerpo. Es allí donde el espíritu de Dios trabaja para cambiar, renovar y desarrollar al hombre.